Como cada año, el fenómeno arqueoastronómico más esperado en México tuvo lugar en Chichén Itzá. Este 21 de marzo, miles de personas se congregaron frente a la pirámide de El Castillo para admirar el descenso de Kukulcán, un espectáculo de luz y sombra que marca el inicio de la primavera.
A pesar de un cielo parcialmente nublado, minutos antes de las 4 de la tarde, turistas nacionales, extranjeros y locales se apostaron frente a la pirámide para no perderse el evento. Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), alrededor de 8 mil personas ingresaron a la zona arqueológica este jueves, con un aforo esperado de 10 a 12 mil visitantes durante los días del equinoccio.
El programa Equinoccio 2025, implementado por el INAH y la Secretaría de Cultura, se extenderá hasta el próximo domingo, permitiendo a los visitantes disfrutar del fenómeno en sus días más visibles. Además de Chichén Itzá, otros sitios como Dzibilchaltún también fueron escenario de celebraciones, aunque las condiciones climáticas no fueron tan favorables.
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¿Cuál es el costo de entrada a Chichén Itzá durante el equinoccio?
El acceso a Chichén Itzá tiene un costo de $548 para visitantes extranjeros y $190 para nacionales. Sin embargo, estudiantes con credencial vigente, adultos mayores, menores de 12 años y personas con discapacidad pueden ingresar de manera gratuita o con descuentos especiales.
El equinoccio en Chichén Itzá no solo es un fenómeno astronómico, sino también una celebración cultural que atrae a miles de personas cada año, consolidándose como uno de los eventos más importantes del calendario turístico de México.
¿Cómo se vivió el equinoccio en Dzibilchaltún?
En Dzibilchaltún, otra zona arqueológica de Yucatán, el equinoccio se vivió de manera diferente. Aunque el fenómeno en el Templo de las Siete Muñecas suele ser impresionante, el cielo nublado permitió observar el paso de los rayos del sol solo durante unos minutos.
A pesar de las condiciones climáticas, el equinoccio en Dzibilchaltún sigue siendo una experiencia única que conecta a los visitantes con la riqueza arqueoastronómica de la cultura maya.
